viernes, 13 de enero de 2012

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“Por eso me dio miedo, y escondí el dinero bajo tierra. Aquí le devuelvo exactamente sus mil monedas(talento).”
Mateo 25:25 (Biblia TLA)
En una ocasión Jesús estaba predicándoles a sus discípulos, y les contaba una parábola sobre los talentos(dinero). Esta historia está registrada en el evangelio según Mateo, capítulo 25 y abarca los versículos 14 hasta el 30. Si no lo quieres leer, te contaré el resumen de tal historia.
Un hombre decidió salir de viaje y encargó su dinero a 3 empleados. Él conocía muy bien sus capacidades y por eso a uno le dio 5mil monedas, a otro 2mil monedas y al tercero le dio mil monedas, luego se fue de viaje. Al cabo de un tiempo volvió para arreglar cuentas con sus empleados. Al primero que tenía 5mil logró conseguir 5mil más y el hombre lo felicitó y le dijo que se podía confiar en él. Al otro que tenía 2mil logró conseguir 2mil adicional, y le dijo lo mismo que al primero. Pero cuando fue al tercer empleado, este le dijo que tuvo miedo por lo exigente que era el hombre así que escondió su dinero y que se lo daba de vuelta. El señor enojado, lo amonesta y lo desecha.
Tanto el hombre como el tercer siervo se conocían muy bien, el hombre conocía las capacidades del siervo para hacer la encomienda y el siervo conocía el carácter del hombre, ¿entonces que pasó?. La actitud que decidió tomar en ese momento condenó sus acciones en lugar de enfocar sus acciones.
Dios trabaja con nosotros en función a nuestras aptitudes(habilidades), y el realmente nos conoce de tal forma que sabe hasta que punto nuestras habilidades no pueden llegar o puede hacer falta mejorarlas luego. Pero queda de nuestra parte trabajar nuestra “actitud” ante las situaciones adversas o ventajosas.
Al igual como ese hombre conocía a cada uno de sus siervos, Dios también conoce a cada uno de sus hijos. Entonces muchas veces nuestro problema no es la nuestra aptitud sino nuestra actitud ante las situaciones.
Entonces, ¿Que es la actitud?, ¿como funciona la actitud? y ¿que debo saber sobre la actitud?. Según el diccionario, la actitud está definida como la forma de pensar de un individuo y el comportamiento que emplea para hacer las cosas. Entre otras definiciones que pueden aclarar mejor este concepto están la de R. Jeffress: “La actitud es nuestra respuesta emocional y mental a las circunstancias de la vida”; según W.I. Thomas y F. Znaniecki: “Es la tendencia del individuo a reaccionar, ya sea positiva o negativamente, a cierto valor social”; también según Jack H. Curtis: “Las actitudes son predisposiciones a obrar, percibir, pensar y sentir en relación a los objetos y personas”; y para finalizar, según John C. Maxwell: “La actitud es un sentimiento interior expresado en la conducta”.
Ahora bien, podemos establecer que la actitud está constituida por pensamientos yemociones:
  • Las emociones juegan un papel importante, ya que representa una fuerza impulsora de la actitud.
  • El pensamiento  juega un papel importante. Es el encargado de conducir las emociones en una dirección determinada. Es el que “debe” que marca una guía y controla las emociones.
La combinación correcta de ambos factores en la actitud es fundamental para poder ver las cosas de una manera ventajosa. En la vida cristiana dejamos que muchas veces las emociones tomen el lugar del pensamiento, por lo que solo tendríamos una fuerza para hacer las cosas por Dios pero sin saber que haríamos o para que lo haremos. Es ahí donde adoramos a un Dios que no conocemos, pero lo hacemos sólo porque me emociono al ver a mis amigos o a la familia hacerlo. Pero cuando damos el lugar que merece los pensamientos ahí comprendemos que debemos hacer primero y nos enfocamos en las cosas de Dios y no es las emociones.
“Debemos aprender a usar nuestras emociones para pensar y no a pensar con nuestras emociones.”
Cuando Dios dice que lo amemos con todo el corazón se refiere a esa emoción hacia él, pero también dice: con toda tu mente, lo que quiere decir que tengamos convicción y conocimiento de su plenitud y gloria. Debemos relacionar adecuadamente nuestro corazón  nuestra mente para amar a Dios con emoción y con conocimiento. Es muy difícil enfocar nuestra fe en un dios que no conocemos, pero cuando usamos nuestros pensamientos en Dios y lo conocemos a través de Jesucristo, entonces podemos colocar nuestra fe en un Dios que todo lo puede, lleno de misericordia y el único que nos puede salvar.
Entonces, ¿que debo saber para manejar mis pensamientos a Dios?. El pensamiento está estructurado por dos factores que podemos manejar con más facilidad, estos son elenfoque y el prejuicio.
  • El prejuicio consiste en criticar de forma positiva o negativa una situación o unapersona sin tener suficientes elementos previos. En el campo de la psicología, es el modo en el que “vemos la realidad.”
  • El enfoque es el que guía nuestro pensamiento, ya que se encarga de darle un sentido y dirección.
El prejuicio crea límites en nuestra vida, en cambio el enfoque crea un camino a seguir, entonces todos nuestros pensamientos se van guiando por ese enfoque. Si dejas que tus prejuicios dominen tu forma de pesar, simplemente evitarás situaciones, personas, pensamientos, etc. y nunca llegarás a un punto fijo para tus ideas y pensamientos. En cambio si tienes un enfoque, te darás cuenta que muchas de las cosas que hacías o haces no mejoran o afecta tu enfoque y entonces lo desecharás. El tener prejuicios son una amenaza aún mayor cuando somos ignorantes de tal situación, persona, etc. ya que el desconocimiento de tal cosa afecta en gran manera nuestros prejuicios.
“De nada te sirve estar huyendo por tener prejuicios, pero sacarás mucho provecho en tu vida si te propones mentas y te enfocas en ellas.”
En la vida cristiana, no deberías tener prejuicios sobre tu iglesia, familia, amigos, líderes, pastores, etc. en lugar de ello, es mejor que pongas un enfoque hacia un mejor futuro para tu iglesia, familia, amigos, líderes, pastores, etc. Una oración con prejuicios solo hará que te canses, te distraigas e incluso que te desanimes, pero una oración enfocada en una respuesta por parte de Dios desarrolla una fe que va creciendo cada vez mas. Con una predicación con prejuicios, solo hablarás mal de otros, desconfiarás de ti mismo y puede que dudes del poder de Dios, en cambio cuando enfocamos una predica en una enseñanza a quienes lo necesitan, es seguro que esa semilla llegará a tales personas.
El problema del tercer siervo no fue su aptitud, sino su forma de ver las cosas, el enfoque que tenía de su realidad, los conocimientos que tenía o carecía, sus emociones, sus pensamientos, etc. En fin, su problema era su actitud. En el momento que pensó: “me dio miedo, y…”. Vemos que se basó en sus emociones y no supo aprovechar o cambiar ese miedo para su provecho. Pero luego de haber dicho eso, fue que hizo algo, pero condenó sus acciones por esa emoción.